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QUÉ ES?
Es
un método de investigación científica, que sigue una técnica de comunicación
verbal, para recoger unas informaciones en relación a una determinada
finalidad.
La entrevista personal en el proceso selectivo para ingreso en
el Cuerpo Nacional de Policía pretende detectar en los opositores-aspirantes
las aptitudes de su personalidad que son idóneas para ejercer su posterior
actividad profesional como policías, y aquéllas otras que invalidarían por
completo esa finalidad.
Siendo la entrevista un acto básico de comunicación,
una recomendación importante para el aspirante es la de contactar plenamente
con el entrevistador (psicólogo), es decir, la persona que tiene la
responsabilidad de obtener información. Los sentimientos de rechazo o de
suspicacia y recelo hacia la figura del entrevistador pueden causar una
desfavorable impresión en el mismo; asimismo, las expectativas que pueda
poseer, bien por rumores algo imprecisos previos a la entrevista o por las
mismas circunstancias del examen, también pueden afectar a la persona del
entrevistador y esto repercutir negativamente sobre una buena comunicación
entre ambos. Por ello, ha de procurarse que estos hechos no lleguen a enturbiar
el adecuado clima de comunicación que debe vivirse en toda entrevista personal.
En ella el aspirante debe manifestar aspectos concretos sobre su formación,
profesionalidad, motivaciones, etc., pero si mantiene una actitud airada, de
rechazo, hacia la persona que tiene delante y que le hace preguntas, no se
estarán dando las condiciones necesarias para que esta persona pueda comprender
al aspirante. El entrevistador no es un
enemigo.
El clima de relación entre entrevistador y entrevistado
posibilita que el aspirante se pueda expresar por sí mismo, por ello resulta
muy conveniente que se muestre cordial y comunicativo, facilitando con ello
la tarea del entrevistador.
Los datos obtenidos de los tests se pueden interpretar a la
luz de la entrevista. Ello supone que mediante la entrevista se puede obtener
una información similar a la aportada por los tests, pero, además, aparecen
otros aspectos. Han de considerarse los siguientes puntos a la hora de acudir a
una entrevista:
1.
La entrevista trata de ampliar y completar los datos que
aparecen en los tests.
2.
De entre todos los aspectos que más fácilmente evalúa una
entrevista se encuentra la inteligencia.
3.
Los dos aspectos más comúnmente establecidos por medio de
una entrevista son:
a)
Motivación.- Es decir, el interés
real que el aspirante posee hacia la profesión.
b)
Relaciones personales.- Es decir, la
capacidad de comunicarse con otras personas, de mantener una cierta amistad con
ellas, de ser sociable.
4.
Normalmente las informaciones desfavorables que el
aspirante da de sí mismo resultan más influyentes que las favorables.
5.
Resulta más fácil establecer si un aspirante será poco
adecuado para desempeñar el puesto que determinar si lo será realmente.
EVALUACIÓN DEL ASPIRANTE
Mediante la entrevista personal podemos conocer diversos
aspectos de otra persona, así por ejemplo:
ü Su personalidad.- Que se muestra
dentro del contexto de la comunicación establecida entre entrevistador y
entrevistado.
ü Sus actitudes.- Cuáles son las
valoraciones y creencias que posee de las cosas, de la vida, de los demás, del
trabajo de policía, del Cuerpo Nacional de Policía. En este sentido, resulta
favorable poseer una actitud positiva.
ü Su carácter y su
temperamento.- En general, no debería tener un carácter colérico, irreflexivo, tozudo,
etc., es decir, aspectos demasiado negativos que podrían provocar dificultades
y un menor rendimiento.
ü Su motivación.- Esto es, sus
intereses o el grado de interés por ingresar en un Cuerpo de Policía. Ha de
mostrarse siempre un gran interés, y a ser posible demostrarlo.
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA EL ASPIRANTE
Al comenzar la
entrevista
Sin duda que el inicio de una entrevista es el momento más
delicado. Para salir airosamente de la prueba y arrancar convenientemente, debe
conseguir que tanto sus creencias (acerca de lo que pueda suceder, de la figura
del entrevistador y los rumores precedentes), como sus sentimientos, no le
traicionen; ante todo tiene que conservar la tranquilidad, no ha de encontrarse
ansioso. Todo lo contrario, debe mostrarse animoso, motivado para entablar un
diálogo, sin recelos y distendido. Sólo en estas condiciones conseguirá
remontar la perplejidad del comienzo.
En una de estas dos situaciones se pueden encontrar una
persona que acude a una entrevista:
-Puede estar básicamente
preocupado por responder las preguntas.
-Puede estar preocupado
más bien por mantener una relación con el entrevistador.
Una preocupación excesiva en alguno de estos polos puede hacer
que algo falle, puesto que la información que transmite se puede ver afectada y
ser menos válida.
Puede ocurrir que de forma inconsciente la atención se
concentre en uno de esos polos; para evitar eso debe procurar meterse desde el
principio en el proceso total de la entrevista, es decir, verla como una
totalidad. No debe apartarse de la relación de comunicación, de diálogo, y de
esta forma, poco a poco, se irá creando el clima adecuado de tranquilidad y
comprensión. Empezará a sentirse cómodo y hablará con fluidez. La atención no
debe estar demasiado concentrada en algo muy concreto, pues entonces aparecerá
esa preocupación.
El comienzo de la entrevista consiste en la presentación.
Esta debe hacerse mediante un saludo amable, fuerte. Al estrechar la mano del
entrevistador, si es que nos la brinda, deberá hacerse de forma severa, no
estrechándola como si se tomase con ella "una pescadilla". Hay de
mostrarse amistoso, seguro, tranquilo, relajado.
La primera regla que ha de poner en práctica pasa por evitar
la ansiedad, y para ello:
a)
Debe tener confianza en sus propias capacidades.
b)
No debe pensar directamente en la angustia, para evitar
así que aparezca. No se preocupe ahora de resultados. Ya todo está hecho.
c)
Piense en alguna situación agradable. Siéntase policía.
d)
Evite pensar en las consecuencias de la entrevista, en su
ilusión por ser policía, en la competencia con otros aspirantes.
e)
Piense que el entrevistador es amigo y no enemigo.
El hecho de mostrarse seguro, controlando bien el nerviosismo,
la ansiedad, pone de manifiesto, de un lado, que posee un grado de madurez
adecuado, lo cual es siempre un rasgo favorable; y de otro, que está capacitado
para plantear y resolver convenientemente una tarea.
Al inicio de la entrevista no debe concederse excesiva
confianza. La comunicación que se va a poner en marcha debe darse dentro de un
clima de respetuosidad. Para ello ha de cuidarse también la postura de sentado.
Al mismo tiempo, debe colocarse en el lugar que indique el entrevistador, que
no será demasiado lejos de él.
Durante el desarrollo
de la entrevista
Dos son los factores negativos que de forma
inconsciente se presentan en las entrevistas personales:
1.
Lo que cree el
entrevistado que de él piensa el entrevistador.- Este hecho, sin que
el entrevistado se dé cuenta del mismo, puede hacerlo actuar manifestando algún
nerviosismo, sobre todo si lo que se cree que piensa es negativo. La regla de
oro es: EL ENTREVISTADOR SOLO PIENSA DEL ENTREVISTADO AQUELLO QUE CONOCE., es
decir, de lo que le hemos informado a través de los tests.
2.
La posible tendencia a
encubrir respuestas y no ser sincero.- Para evitarlo no debe ofrecer resistencia a una
determinada pregunta; el responder con naturalidad y seguridad será un valor
positivo y no al contrario. Debe evitarse la continua justificación, sobre todo
cuando la justificación de una determinada conducta no corresponde a la
realidad. Si el entrevistador pide que se justifique, entonces deberá hacerlo.
Por otro lado, los factores positivos que ayudan
a la entrevista, y convenientes de tener en cuenta son:
ü La cortesía.- Es conveniente
mostrarse amable, educado y respetuoso. Se conseguirá una mayor valoración.
ü El deseo de influir.- Este hecho facilita
la comunicación y se debe a que el entrevistado vivirá la entrevista como una
posible causa para un cambio a mejor en su situación. Que aparezca un buen
clima de colaboración por su parte a responder a las preguntas y entablar el
diálogo, puesto que de ello se puede derivar una mejor posición futura para el
entrevistado.
ü La necesidad de
comunicarse.- Precisamente la entrevista está encaminada a conseguir este fin. Pero al
hablar habrá de tenerse presente que:
§ Quien lleva la guía del
diálogo es el entrevistador. Deje que él le encamine. De esta forma se muestra
colaborador.
§ Seguramente al comienzo
de la entrevista tendrá ocasión de hablar menos.
§ Poco a poco verá que
habla más, que tiene más ocasiones para ello. Lo ideal es que el entrevistado
hable más que el entrevistador.
Dos son los tipos de
conducta que pueden analizarse a través de una entrevista personal:
1.
Conducta verbal.- Está constituida por
todas las informaciones que da el entrevistado a lo largo de la prueba. Se
trata, pues, de lo que habla, de lo que dice. Debe hablarse de forma clara,
pronunciando bien las palabras, es decir, vocalizando adecuadamente. Deben
evitarse los "dejes".
2.
Conducta no verbal.- Forman parte de ella
todos los actos comunicativos que no son palabras. Es aconsejable:
ü No utilizar los brazos
y manos para gesticular continuamente (indica nerviosismo).
ü Desechar hábitos
groseros como tocarse la nariz, restregarse los ojos, bostezar, rascarse
intensamente, etc..
ü No es adecuada cambiar
excesivamente la postura de sentado.
ü Entre la mesa del entrevistador
y las rodillas del entrevistado no debería haber más de 50 centímetros .
ü Si se desea fumar,
preguntar antes al entrevistador. Este gesto denota cortesía y educación. Es
acaso preferible no fumar, pero si se hace deberá ser relajadamente, como si
estuviera en una situación normal.
ü No debe caer en
"provocaciones" que suelen presentarse a veces en forma muy grosera
con expresiones tales como "(váyase!", ")dónde vas con esa
pinta?", etc., la actitud a adoptar es la de la más absoluta calma y jamás
hacer frente a las mismas.
SOBRE EL TIPO DE ENTREVISTA
No todas las entrevistas son del mismo tipo. Los dos tipos
principales son: interrogatorio y conversación. En la práctica normal ambas se
dan simultáneamente.
1.
El interrogatorio.- A cada pregunta le
sigue una respuesta. Ha de tenerse en cuenta:
- La respuesta debe expresar
claramente lo que se pregunta.
- La respuesta debe ser precisa, es
decir, no "irse por las nubes".
- Debe ser sincera.
- No debe mostrar dudas o
indecisiones a la hora de dar la respuesta.
2.
La conversación.- Serán siempre
preguntas abiertas, lo que propiciará respuestas amplias sobre los temas que se
planteen.
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